La Venus de Milo en el Museo del Louvre

Visita del Museo del Louvre A partir de 43,00 € Más información

Descubierta a principios del siglo XIX en la isla griega de Milo, desde entonces se considera a La Venus de Milo una de las obras maestras de la escultura mundial. Los misterios que la rodean, las técnicas propias de la época helenística, la belleza de sus formas y sus curvas... El Museo del Louvre puede estar orgulloso de tener en su haber una de las esculturas más bellas del mundo La Venus de Milo atrae cada año a decenas de miles de visitantes, que acuden a uno de los museos más prestigiosos del planeta para admirar de cerca esta obra legendaria .

Descubrimiento de La Venus de Milo del Louvre

La Venus de Milo fue descubierta en la isla griega de Milo, en el corazón del archipiélago de las Cícladas, en el año 1820. Desde el momento en que fue desenterrada por los arqueólogos, la estatua tuvo ya un éxito arrollador. Esta estatua fue esculpida mediante la técnica de piezas agregadas, que consiste en elaborar cada uno de los distintos elementos que la conforman de forma separada para luego unirlos todos en una pieza final, y se distingue por su edad particularmente avanzada. Los expertos estiman que la estatua fue esculpida en mármol en el año 100 AC. También afirman, debido a la presencia de unos agujeros de fijación, que la diosa estaba originalmente adornada con joyas. En cuanto a sus brazos, todavía a día de hoy no se han vuelto a encontrar. La Venus de Milo del Louvre conserva una gran parte de sus misterios.

Representación divina de cuño helenístico

La Venus de Milo presenta la particularidad de mezclar diferentes estilos con una concepción relativamente clásica tradicionalmente asociada a detalles típicos del arte helenístico. La estatua está compuesta de dos bloques de mármol de más de dos metros de altura que han sido trabajados de forma individual. El busto, los pies, las piernas y los brazos han sido unidos por empotramientos verticales. Ante La Venus de Milo del Louvre, podrá admirar a una diosa que, casi con una precisión fotográfica y una sensación de tiempo presente, parece dejar que sus ropajes se deslicen progresivamente sobre sus caderas. Se trata de una técnica propia del periodo helenístico que data de entre los siglos III y I AC.

Llegada y exposición de La Venus de Milo al museo

La Venus de Milo llegó al Museo del Louvre un año después de su descubrimiento en 1821. El responsable del taller de restauración de la época propuso restaurarla por entero. Y no solo expresó su deseo de completar el pie que faltaba y la nariz, sino también los brazos. Tras una larga polémica, se adoptó la decisión de no restaurar los brazos de la diosa para no correr el riesgo de cometer un error en la posición.

Tras un proceso de restauración de seis meses, La Venus de Milo volvió a ocupar su lugar en el Louvre en julio de 2010, donde está rodeada de objetos de la misma época. Fue este un retorno muy esperado por los apasionados del arte de todo el mundo.

Para descubrir La Venus de Milo en el Louvre, diríjase a la sala 16 de la planta principal, situada en el Ala Sully. No desaproveche esta oportunidad de admirar esta obra de belleza y originalidad indudables, responsables, en gran medida, del entusiasmo que desata la famosa estatua en todo el mundo.

.
Basado en tu búsqueda